¿Tienes comezón en uno o ambos ojos?, ¿los notas enrojecidos y llorosos?
Podría ser conjuntivitis
La conjuntivitis es un padecimiento donde la conjuntiva, un tejido muy delgado que cubre la parte blanca del ojo, se inflama. Sus orígenes pueden ser diversos y debido a esa misma diversidad no siempre se soluciona de la misma manera. Por este motivo, se clasifican los casos de conjuntivitis en 3 grandes grupos de acuerdo a su causa:
-Conjuntivitis bacteriana
-Conjuntivitis viral
-Conjuntivitis alérgica
De estas tres, la más frecuente es la conjuntivitis alérgica, que afecta principalmente a los varones en un rango de edad de los 5 a 20 años. Esta es más común de manera recurrente durante la primavera por la exposición al polen, sin embargo, esta no es la única causa, el polvo, los ácaros, los pelos de las mascotas, moho e incluso algunos cosméticos pueden desencadenar síntomas de conjuntivitis alérgica. Otro grupo de personas que se ve afectada por este problema son aquellos que padecen asma, eccema o alergia estacional.
Lo más común es presentar molestias en la época en que hay mayor nivel de polen en el aire, días calurosos, secos y ventosos. Los síntomas que se relacionan con este problema son:
Picor en los ojos
Párpados hinchados especialmente por la mañana
Ojos llorosos
Lagrimeo
Visión borrosa
Secreción del ojo espesa o pegajosa
Enrrojecimiento (ojos rojos)
Para resolver este problema en la mayoría de los casos basta con evitar el contacto con la causa (polvo, pelos de mascotas, etc.). Sin embargo, hay pacientes que requieren una valoración médica para disminuir las molestias a través de medicamentos, sobre todo aquellos con problemas de asma o alergia primaveral.
La conjuntivitis viral ocupa el segundo lugar en frecuencia de presentación y es altamente contagiosa, ya que se propaga por contacto entre las manos y el ojo, cuando se toca el ojo con las manos u objetos contaminados. Afecta de igual manera a niños y adultos, puede aparecer hasta 12 días después de haber estado en contacto con una persona infectada y en la mayoría de los casos no requiere de medicamentos debido a que se resuelve de forma espontánea. Se asocia con algunas enfermedades que también son de origen viral como el resfriado común, varicela, parotiditis (paperas), influenza, COVID-19, entre otras. Los síntomas más comunes son:
Enrojecimiento de ambos ojos
Lagrimeo
Molestias o irritabilidad de los ojos al exponerse a la luz
Sensación de tener una “basurita” en los ojos
Inflamación de la conjuntiva (parte blanca del ojo)
Visión borrosa
Dolor y/o inflamación en la parte delantera de las orejas
Síntomas relacionados con otras enfermedades como resfriado, varicela, etc.
En estos casos, las recomendaciones que debemos seguir para disminuir las molestias son bastante simples, como por ejemplo la aplicación de compresas frías. Identificar si hay una enfermedad relacionada y empezar a tratarla, también puede disminuir los síntomas. Solo algunos casos son candidatos al uso de medicamentos antiinflamatorios, por ello, la valoración médica es sumamente importante porque hay medicamentos o remedios caseros que pueden empeorar los síntomas. Recuerda no automedicarte y no dudes en consultar a un doctor(a) por medio de una consulta médica en línea o presencial para resolver tus dudas.
Finalmente, tenemos la conjuntivitis bacteriana, que como su nombre indica es causada por un grupo de bacterias que producen molestias generalmente de manera unilateral, es decir en un ojo, aunque puede expandirse en un par de días al otro.
Síntomas sugerentes de conjuntivitis bacteriana:
Enrojecimiento de los ojos y la parte interna de los párpados
Inflamación de los ojos y párpados
Secreción espesa, pegajosa y amarillenta
Sensación de ardor y picazón
Aunque puede presentarse a cualquier edad, es más frecuente en niños por su fácil transmisión de persona a persona, es por eso que una de las primeras medidas de cuidado incluye la higiene de manos y evitar el contacto de las manos con los ojos, no compartir toallas o almohadas.
Para resolver este problema generalmente se indican antibióticos tópicos (que van directamente en el ojo a través de gotas) por un periodo determinado que es muy importante seguir para evitar reinfección y resistencia a los antibióticos.
Existe una amplia variedad de antibióticos y cada caso debe evaluarse de manera individual, por lo que es fundamental la valoración por tu médico.
Dado que los tres tipos de conjuntivitis presentan muchos síntomas similares, es crucial consultar a un profesional de salud para determinar la causa y el tratamiento correcto.